Piel, Pelo, Uñas
La piel es el órgano más grande y pesado de tu cuerpo y se encarga de protegerlo del frío, calor, radiaciones, rayos UV, golpes, los gérmenes del ambiente y las infecciones, etc. Además tiene otras funciones más generales, como la regulación de la temperatura corporal y el control de la presión arterial.
Como es tan grande y está expuesta a influencias que pueden alteran su condición y funcionamiento, tienes que cuidarla desde la niñez.
Si tu piel se enferma no tienes un problema; tienes un "gran" problema.
Algunos de ellos son los siguientes:
Otros temas importantes en relación a tu piel:
Tu piel y el sol
Exponerte al sol sin protección, incluso en días nublados, es muy dañino para tu piel. Los rayos ultravioleta (UV) que provienen del sol (o del solárium) SE ACUMULAN en tu piel a lo largo de tu vida. Los daños que te provocan son fundamentalmente dos: envejecimiento de la piel y cáncer en tu edad adulta.
"El objetivo es acumular la menor cantidad de radiación ultravioleta en la piel desde la infancia" Sociedad Chilena de Dermatología
Si quieres evitarlo, sigue los siguientes consejos:
Evita exponerte al sol entre las 11 y las 16 horas, que son las de "sombra corta y riesgo alto", especialmente en primavera y verano.
Prefiere y busca siempre la sombra de árboles, toldos gruesos o techos.
Si debes exponerte al sol, protege tu piel con ropa de preferencia oscura (azul, verde o gris), de tejido compacto, usa manga y pantalones largos.
Al exponerte al sol usa sombrero de ala ancha y unos buenos lentes oscuros.
Si lo tienes que hacer aplica un protector solar con FPS 30 a 50, incluyendo en los labios y las orejas. Úsalo 20 minutos antes de la exposición y vuelve a aplicarlo cada dos horas.
Los niños menores de dos años NO deben tomar sol; y los menores de seis meses no deben usar protector solar por lo tanto tampoco deben exponerse al sol.
Protégete también en días nublados y recuerda que la nieve, la arena y el agua reflejan la radiación ultravioleta.
Nunca utilices el solárium o similares.
Ciertos medicamentos aumentan la sensibilidad a la radiación ultravioleta. Si sigues un tratamiento, pregúntale a tu médico si el compatible con el sol.
La forma correcta de aplicarte un protector solar es 20 minutos antes de exponerte, tienes que echártelo en todas aquellas áreas que no hayas cubierto.
La cantidad adecuada es: una cucharadita de té en la cara, una en cada brazo, dos en las piernas, una en la espalda y una en el tórax y abdomen. Debes repasarlo cada dos horas.
Cuidados básicos de la piel
Como has visto, tu piel puede sufrir muchos daños, pero también tiene una enorme capacidad de recuperación. Tú puedes ayudar a que tu piel esté sana y entonces luzca saludable.
Aquí algunos consejos:
Mantenla limpia y que tus baños no sean ni muy largos ni muy calientes. Sécala bien.
Hidrata tu piel especialmente después del baño con alguna loción o crema que tenga poco olor y color.
Protégela del sol, ya sabes que desde que eras un bebé, el daño se ha acumulado, no lo sigas aumentando.
Usa ropa interior de algodón.
No compartas tu ropa interior ni tus trajes de baño.
No compartas elementos de aseo personal como peines y pinches.
Usa sandalias en piscinas, vestidores y duchas públicas.
Usa guantes para manipular limpiadores y detergentes.
Si eres alérgico, identifica y evita las sustancias y alimentos que producen una reacción en tu piel.
Evita el tabaco y el alcohol.
Duerme las horas suficientes (aproximadamente 9 horas cada noche).
Si tienes alguna espinilla, no la aprietes, y si tienes alguna irritación o roncha, trata de no rascarte.
Si tienes un problema en la piel, busca ayuda profesional. La mayoría de ellos tiene pronta solución.
(Sugerido): Evita deshidratarte y bebe agua en suficiente cantidad.
Tu piel y tu alimentación
La alimentación es el factor que más influye en la salud y aspecto de tu piel, especialmente en la protección contra el daño solar, el envejecimiento, las alergias y la caída del cabello. Una correcta alimentación es esencial. Se puede decir mucho de la alimentación de una persona con solo mirar su piel.
Evita el exceso de azúcares refinados y trata de mantenerte en un peso saludable para tu edad y estatura.
Si no comes grasas saturadas y trans, ayudarás a evitar la aparición de acné.
Los aceites omega 3 benefician a las personas con alergias a la piel y la protegen contra el daño solar.
Algunas vitaminas como la A, C, D y E y el aceite de oliva te ayudan a proteger tu piel del daño solar y son fuertes antioxidantes:
La vitamina A (retinol) favorece la cicatrización, le proporciona suavidad y refuerza las defensas naturales de la piel.
La vitamina C (ácido ascórbico) favorece la cicatrización de la piel, aumenta las defensas del organismo contra las infecciones y es indispensable para la formación del colágeno o proteína de la piel.
La vitamina D es antimicrobiana y te ayuda a controlar la producción de grasa en tus glándulas sebáceas.
La vitamina E retrasa el envejecimiento de la piel.
Algunos minerales como el cobre, el selenio y el cinc también tienen efectos positivos como protección ante daño solar, en la firmeza y en la cicatrización de la piel.
Alimentos que los contienen:
Cobre: Mariscos, legumbres, frutos secos, vísceras, cacao.
Selenio: Hígado, pescado, semillas de girasol, cereales integrales, yema de huevo
Zinc: Lentejas, carnes, mariscos, quesos, cereales integrales.
La dieta mediterránea contiene en forma abundante todos los alimentos y nutrientes que favorecen la salud, protección y belleza de tu piel, pelo y uñas.
Privilegia el consumo de pescados, verduras de hojas verdes y de colores fuertes (rojas y amarillas), nueces, zanahorias y mariscos, que son ricos en vitaminas y minerales. Lo mismo las legumbres.
Las especias, hierbas y aliños también han demostrado un rol beneficioso para tu piel.
Por último evita la deshidratación y bebe agua suficiente, entre 1,5 y 2 lt al día (6 a 8 vasos), estos líquidos incluyen los alimentos como sopas, leche, etc.
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